Hay científicos que literalmente les están averiguando toda la vida a las hormigas dentro de sus colonias, en una investigación para que algún día podamos conducir robots hechos a la imagen de ellas, y que sean capaces de trabajar en equipo.
Pero para que esto sea posible, antes de todo, los científicos necesitan entender cómo las hormigas se organizan para construir sus nidos bajo tierra. Para conseguirlo, están recurriendo a una mezcla de nuevas y viejas tecnologías.
El problema se coloca en cómo lograr seguir una sola hormiga, entre un ejército de millones de ellas. El truco favorito de la investigadora Daria Monaenkova, entrevistada por REUTERS, es pintarlos. Sin embargo, admite, “es una tarea complicada y laboriosa. Yo diría que es un arte. Las hormigas son hidrofóbicas y es imposible pintarlas usando tintas comunes. Por lo tanto, hemos utilizado las pinturas a base de aceite, y les pusimos algunas manchas en el abdomen», dice Daria Monaenkova, investigadora en el Instituto de Tecnología de Georgia. Cuando finalmente se seca la tinta, las hormigas son colocadas nuevamente en su colonia, y es cuando Dan Goldman, profesor asociado de Física en el Instituto de Tecnología de Georgia, le sigue todos sus movimientos.
“La idea es descubrir cómo trabajan en conjunto para crear estructuras subterráneas complejas esa casa y proteger a las colonias de hormigas en todo el mundo. Estos animales pueden excavar nidos extremadamente complicados donde la colonia vive, crece y se reproduce. Y lo hacen en cualquier tipo de suelo, arena, arcilla, etc., y lo hacen de forma rápida y eficaz. Lo que queremos saber es precisamente como lo consiguen”, explica Dan Goldman,
Cámaras de alta velocidad y TACs, son los instrumentos utilizados para seguir cada avance de las hormigas mientras excavan sus nidos. Los tipos de suelo y la humedad se ajustan en el laboratorio a lo largo de varios experimentos para evaluar la capacidad de adaptación de las hormigas a diferentes ambientes.
Goldman dice que las hormigas están llenas de sorpresas. «Pensamos que las hormigas utilizaban únicamente sus mandíbulas y sus pequeñas bocas para ir arrastrando los pequeños granos de arena y depositarlos en la superficie. Pero todo parece ser mucho más complicado”.
Por primera vez en la historia de la ciencia, se ha documentado cómo las hormigas rojas usan sus antenas como herramientas de cavar. Antes se pensaba que las antenas servían sólo como órganos sensoriales. También se ha encontrado que, independientemente del tipo de suelo, las hormigas cavan sus túneles siempre con la misma anchura.
Goldman dice que la gran pregunta ahora es ver cómo cientos de miles de hormigas trabajan juntos para cavar tan intensamente estos grandes y complejos túneles. “Las hormigas nos interesan como un ejemplo de un organismo que crea unas estructuras de una forma colectiva y social, que de otra forma serían imposibles de crear por un solo individuo”.
La importancia de aprender a cavar como las hormigas solo será reconocida en las próximas décadas.
